28 de diciembre de 2007

Navidad en Levuka

22/12 - El sábado quería marchar a la isla de Ovalau para pasar las navidades en la isla Levuka, por lo que cogí una guagua frente al Tsulu, hasta Suva, la capital. Un salto rápido a la oficina de Paterson Brothers, línea marítima de barcos que navega por muchas islas, donde compré un billete de bus + barco y de nuevo a la estación. Allí conecté con la que llegaba al muelle de Natovi, y subía al barco, que me llevaría a Levuka directamente, en casi tres horas.
Levuka es un pequeño pueblo, antigua capital de Fiji, con una riquísima historia. Todavía se puede disfrutar de las antiguas casas coloniales que han quedado como herencia del comercio de la época. La Beach street, o calle-avenida principal frente al mar, es donde se encuentran alineadas todas las tiendas, oficinas, supermercados, biblioteca, algunas viviendas y hasta un cine que ya no funciona. Detrás, parte de la falda del volcán extinguido, con una exuberante carga forestal, y en la que se encuentran muchas casas escondidas entre tanta vegetación.
Me quedo en el hotel insignia de este pueblo, el Royal, el mas antiguo. Cuesta 26$ la noche, en una habitación con vistas al mar, al riachuelo que bordea el hotel, y a su puente, donde los chiquillos, y "no tan chiquillos", se lanzan sobre este agua dulce y fría que se junta con la caliente y salada. Dispone de una pequeña piscina, gimnasio, y todo adornado de un mobiliario de estilo colonial. Durante la mañana del 24, sentado en el muro de la avenida, viendo el ir y venir de la gente, fuí casi asaltado por varias familias, que al enterarse que estaba solo en el pueblo, querían que pasara la Navidad con ellos. Aquí no se celebra la noche del 24, sino el almuerzo del 25. Y lo pasé en medio de la montaña, a 15min de "fatigosa subida" por la cantidad de escalones de cemento que lleva hasta un poblado de casas dispersas entre el bosque, y donde las vistas al mar y a parte de Levuka son impresionantes. Algo mas arriba, una pequeña cascada sirve de refresco para la gente del lugar. Una sesión de kava con los mayores de la casa, llevaria al almuerzo: Taro, papas con pollo al curry, kokoda (pescado en salsa de coco y marinado en limon), cerdo con salsa, verduras y papas. Luego, un descanso. La carga cerebral de tanto acontecimiento, pues hubo marcha la noche anterior en el Club Ovalau, otro clasico del lugar, donde celebramos la entrada del 25, hizo mella. Y es que tras cerrar a las doce y media de la noche, nos fuimos al Emily cafe, que estaba ya cerrado, pero el propietario, un chino afincado aquí desde hace muchos años, y que estaba con nosotros, lo abrió para seguir nuestra particular fiesta bebiendo cerveza local y comiendo hasta las tantas... no recuerdo la hora!

Y por cierto, aprovechando las fechas, y como aqui llevamos 12 horas adelantadas, a todos mis amiguit@s les deseo desde las islas Fiji ...




FELIZ NAVIDAD



... y un afortunado 2008.




Llevo varios dias intentando subir al crater de la montaña, bordearlo en parte para luego bajar al pequeño poblado de Lovoni, situado justo en el interior del volcán, rodeado de un bosque prehistórico, y corazón de la cultura indígena local. Pero las reiteradas lluvias y la humedad reinante, cerca del 95%, esta haciendo imposible la ruta. Aunque hay una guagua diaria que va al poblado, lo que me interesa es hacerlo a pie. Tenía preparado mi Sevusevu (regalo) particular para entregárselo al Turaga-ni-koro (jefe del pueblo) y así tener el permiso para visitarlo cuando hiciera buen tiempo, pero ha llovido casi todas las noches y ha sido imposible que quedara en condiciones el terreno.
Mi próximo destino es pasar fin de año en la pequeña isla, Caqalai, algo más al sur de Ovalau.

26 de diciembre de 2007

La Ruta hacia el Sur

13/12 - El jueves regreso a Nadi. Dos dias por la city y ahora destino al sur. Comenzando por la zona de Korotogo, a 5km de Sigatoka y lugar de partida hacia las dunas de Sigatoka o hacia el interior, bordeando el rio del mismo nombre, por una carretera que atraviesa la mitad de la isla por el oeste. Tres horas de bus hasta el pueblo de Keiyasi, pasando por cantidad de pequeños poblados, situados dentro de la misma jungla de verdísima vegetación y que desde la carretera se ven muy escondidos, unos al borde del rio y otra gran mayoría en el interior. Aunque irrelevantes para ser visitados lo contrario por el paisaje que va atravesando esta carretera de piedra, y a veces partes mal asfaltadas. Por Keiyasi vale la pena el viaje. Aunque la visita se limitó a sólo 15 minutos, el tiempo que el chofer chequeó los tickets expedidos y vuelta a Sigatoka pues una inoportuna lluvia torrencial me hizo quedar en la guagua y huir del lugar. En Korotogo pasé tres dias en casa de Angelina, una hindú casada con un alemán que tiene negocios en Nadi, en su preciosa casa, ya que alquila varias habitaciones en la parte trasera. Por 17$ pude dormir en habitación compartida y usar la cocina, aunque afortunadamente para mí no hubo nadie durante mi estancia. Paseos por la Costa de Coral, bahía tras bahía, y pequeños pueblos costeros. Aquí el fijiano es muy religioso, y a la vez mucho más serios de los que he visitado. En Sigatoka me contaba la propietaria de un pequeño restaurante chino, junto al vibrante mercado de la ciudad, que en mas de una ocasión su comunidad ha tenido problemas con ellos. Ataques con navajas, robos de material y amenazas, sobre todo cuando los fijanos se emborrachan los fines de semana. El martes Angelina tenía que ir Nadi con su marido a las 6 de la mañana por lo que tuve que salir de ahí muy prontito, y quedarme sentado en el arcén de la carretera en espera de una guagua o mini bus que me llevase hacia Pacific Harbour. Había chequeado por internet la posibilidad de estancia en Beach House, un resort económico en Korolevu, con muchas actividades deportivas, pero varios de los dias que me quería quedar estaban llenos. Pacific Harbour es una zona poco turística, que aunque están comenzando a darle popularidad, no va mucha gente. Para los visitantes, lo más espectacular es la laguna de la isla Beqa, por las inmersiones que se realizan en la barrera de coral y las buenísimas olas que rompen en algunos de sus arrecifes. Lo único chungo es que los precios son elevadísimos para mi presupuesto, por lo que también tuve que pasar de visitar. Para ir a coger olas hay que alquilar una embarcación, que al menos cuesta 70$, y para quedar en alguna de las islas en las que hay buen surfing, significa pagar también altos precios. Por ejemplo, la isla deTavarua cuesta casi los 150$U.S. al dia, todo incluido. Es propietaria una compañía americana que desde muchos meses antes tiene todas las plazas reservadas desde los Estados Unidos. Solamente los sábados es día de surfing gratuito para los no-clientes. Y luchar por surfear con todos los locales que van también. O la Isla Yanuka. Los surferos que llegan a estas islas lo hacen por corto periodo de tiempo, por lo que no les importa pagar cualquier precio.
Me quedé en Tsulu, un resort junto a la playa con vista a la isla Beqa, a la espera de hacer mi primera inmersión para dar de comer a los tiburones. Tiene un pequeño restaurante-buré del que sale una barra de bar dentro de la piscina, unas sillas junto a un bien cuidado jardín y una zona de arena de playa donde se puede jugar al volley. Aproveché la oferta que hacían hasta fin de diciembre, y por 56$ pudiendo dormir dos noches en habitación compartida, más 28$ que daban en "tiki money", (dinero de papel fotocopiado) con el que se puede comer o beber en el jardín. El recinto dispone de una gran habitación con 16 literas, escrupulosamente limpio, con aire acondicionado, y baño también compartido. Mas otras habitaciones dobles o individuales mas caras. Apenas 4 literas se usaron mientras me quedé. Todos han sido turistas alemanes, suecos o americanos. Buen rollo sobre todo cuando fuimos de inmersión a dar de comer a los escualos.
El viernes una embarcación del Beqa Adventures Divers, el Scuba Queen, nos llevó a un grupo de 8 a la barrera coralina de la laguna de Beqa a explorar el extraordinario mundo sub-acuatico de Fiji. Se trata de una barra de 16km de diámetro, a 30 min en lancha rápida de Pacific Harbour. La primera toma de contacto con "las bestias" fue nada mas llegar y anclar. Dentro de varios bidones había grandes trozos y cabezas de pescado que fueron lanzados junto a la embarcación. Decenas de gigantescos peces se tiraron a ellos. Espectacular. La primera inmersión, con una botella, fue a 30mt de profundidad. Alineados tras un pequeño muro coralino de protección y el guía a 5mt de nosotros iba sacando los trozos de pescado de los bidones que habíamos bajado, mientras cientos de peces se acercaban a comer. Por momentos se oscurecía el entorno. Varios guías detrás de nosotros controlaban que no nos atacasen por atrás los varios tiburones que se aproximaban. Grises, moteados blancos o negros, y bull-shark (o tiburón toro) de unos 3mt van llevándose los trozos que se les pone delante. Cada vez el guía acercaba más a nosotros los trozos. Los tiburones abrían sus bocas enseñando las filas de dientes a casi 2mt de nuestras cabezas. Alucinante. Mas de 20 tiburones pululaban por nuestro entorno. La segunda inmersión fue a 15mt de profundidad y a la espera de la aparición de un tiburón tigre, rayado gris oscuro, de unos 5mt, que dos dias antes fue la tremenda atracción de los colegas que habían venido a hacer la inmersión. Mala suerte, Scar-face (ó cara-rajada) no apareció. Estaría de "cacería" por otro lugar. Siguieron apareciendo varios "tiburones toro". Impresiona la VISION QUE SE TIENE (este es Scar face). Las dos inmersiones costaron 200$. Algunos dicen que dar de comer de esta manera es negativo por la dependencia que se les crea a la comida fácil. Otros dicen que no, y que la interacción hombre - tiburón hace verlos de otra manera, (como que no son tan peligrosos), pero amig@, cuando tienen hambre... y los vi hambrientos... De cualquier manera, jamás hubiera estado tan cerca de ellos como este día.

14 de diciembre de 2007

Subidas a las Montañas

2/12 - A las 9 de la mañana del domingo, una ranchera del Heaven Edge me recoge en la puerta del Hotel Nandi para llevarme por el valle de Sabeto hasta los 600m de altitud por una deteriorada carretera de tierra y piedras, a casi 60km de Nadi, donde se encuentra este "lugar de retirada". Una parada en el poblado de Nagado donde me esperaba un ritual de bienvenida fijiano, la Yaqona, (o Kava), y 30min de charla y presentación de quienes me iban a "cuidar" durante estos 4 días en el complejo, mientras bebíamos el unjuento. Hacía 3 días que había marchado un grupo de 4 que habían venido para la caza del cerdo salvaje en la montaña. Está situado en lo alto de un montículo y se compone de 5 bures típicos fijianos y una casita de madera con 6 literas. También otra que sirve de salón-comedor que está al lado de la cocina. Tiene unas fabulosas vistas del Valle a un lado, al otro una cascada que viene de un embalse (el Vaturu) que da energía a una gran parte de la isla, y por otro lado un acantilado cargadísimo de flora tropical. Por la tarde con la subida de las nubes por el valle, y el sonido que hace la caída del agua del embalse, que ahora está al 100%, hace del entorno un lugar perfecto para relajarse y descansar. La temperatura baja algunos grados al atardecer, aunque tampoco he tenido mucha suerte con el tiempo últimamente, perjudicándome principalmente en no poder moverme entre poblados, ya que los caminos están completamente embarrados debido a las fuertes lluvias que se estan produciendo al anochecer. Aquí se puede montar a caballo local, que es algo mas grande que un pony, pescar, caminar por la zona, o incluso subir hasta una cascada de 30mt con varias caidas, sobre una piscina natural labrada por la presión del agua con el paso de miles de años de actividad, con enormes pedruscos que han caído alrededor de ella, y que se encuentra atravesando estrechos pasillos de espesísima vegetación. Por una pequeña carretera llena de hoyos se llega hasta el poblado de Nandaua, donde viven cerca de 200 personas, la mayoria bastante mayores, y donde todos hacen su vida en comunidad. Se abastecen de productos que ellos mismos plantan o cambian con otros. Un pequeño río que baja del embalse, y de varias cascadas de los alrededores, provee de peces. Sus casas son muy sencillas. Todas de madera con techo a dos aguas de plancha de aluminio ondulado. Los más pobres la han hecho de hojas de pandano. El baño y la cocina en habitáculos diferentes, a varios metros de la casa. No se cortaban nada en llamarme para que entrara a sus casas, sobre todo si el paso es a medio dia, que es el momento en el que están almorzando, pues es costumbre hacerlo. Los chiquillos, que ahora estan de vacaciones escolares, pasan casi todo el dia saltando del viejísimo puente de madera que cruza el rio.

6/11 - La misma ranchera que me había subido al Heaven Edge me traslada hacia Abaca, a 20km de Lautoka, en el Valle del Parque Nacional de Koroyanitu, atravesándolo por una estrecha carretera llena de agujeros, barro y algunos riachuelos que cruzan por ella. Los habitantes de este poblado se han instalado definitivamente en este lugar desde los años 30, como consecuencia de los varios corrimientos de tierra que van persiguiendo a esta desafortunada gente. Y es que la deforestación que causan es importante pues se puede ver, por el trayecto, los penosos parches de diferentes tonalidades de verdes entre las masas forestales, de diversas plantaciones, y por otro lado casi necesaria para la subsistencia. Abaca, está recibiendo ayudas económicas de varios paises para el cuidado del entorno. Algunos paisanos permiten la estancia de extranjeros en sus casas a cambio de dinero (40$/dia con 3 comidas) para el Programa Eco-turismo que estan realizando, manteniendo un jardin boscoso de muchísimas especies autóctonas que ellos mismo cultivan (son más que autosuficientes), limpian los caminos rurales de la zona, y algunos jovenes hacen de guías por los alrededores. Varias son las actividades que se pueden realizar en este poblado, como trecking, trabajar en las plantaciones con los aldeanos o cocinar con los mayores. El mismo dia que llegué llovía ligeramente, lo que no me impidió realizar un trecking de varios kilómetros alrededor del poblado, bordeando las faldas de varias montañas que rodean este pueblo. Casi 4 horas pasando por selva, un bosque muy antiguo con una fauna y flora riquísima, una enorme cascada de varias caídas y su correspondiente zona de baño. Los sonidos envolventes de las aves me hicieron parar en innumerables ocasiones y sentado en absoluto silencio oir las tantísimas entonaciones musicales de las muchísimas aves que habitan aquí. Mientras, la lluvia iba en aumento, y por momentos la niebla me rodeaba. Apenas se distinguía los montes de enfrente, y decido volver porque ya estaba demasiado empapado. Y casi llegando al poblado me encuentro con mucho sonido de martillazos... Me dicen que han oído por la radio que un enorme ciclón se acerca peligrosamente a Fiji, y podría pasar sobre nosotros... No puede ser... me esta siguiendo la mala racha...? Y me pongo a currar con la gente con la que me quedo: chapas onduladas en las ventanas por si las rompe el viento, ajustes de las tachas que sujeta el techo, o cuerdas que pasan sobre la casa de un lado a otro. Y es que mientras la noche iba entrando la lluvia se hacía más torrencial. De momento todo estaba bien sujeto. Nos retiramos muy tarde a cenar. Algo rápido de hacer para cenar: "entre las lámparas de keroseno, y sentados sobre un gran Tapa (esterilla tradicional de hojas de pandano seco) que abarca la mitad de la casa, y en varios platos de plastico duro, Taro sancochado y algo de verdura". No ha dado tiempo a la familia para hacer de comer. Y comenzaban los comunicados por radio a ser mas frecuentes. A las 12 de la noche el gobierno de Fiji declaraba en ese momento el estado de alerta tras confirmarse que el cambio de rumbo del potente ciclón Daman lo hará entrar por el noroeste, atravesando la isla vecina de Vanua Levu durante las primeras horas del viernes. Y según los pronósticos "vientos de hasta 200km por hora y lluvias intensas impactará en la segunda isla mas grande del archipiélago fijiano. Parece ser que pasó de ciclón tropical 1 a la categoria de ciclón tropical severo 3". Por su parte, el director de la oficina de Meteorología, alertaba que el fenómeno natural estaba a un paso de convertirse en un gran huracán."Y que la gente se prepararse para lo peor", insistía. Ese viernes las aerolíneas habían cancelado sus vuelos y las embarcaciones recibieron órdenes de regresar a puerto. Vanua Levu, que significa Gran Tierra, posee un área de 5.587km cuadrados y su población alcanza los 130.000 habitantes. De forma triangular, con una longitud máxima de 180 kilómetros y una anchura de 30 a 50 kilómetros, es una isla volcánica, dividida por una cadena de montes en el centro, cuya máxima altitud es el Nasorolevu de 1032mt... Está en un posible destino en mi viaje. Dejo todas mis cosas dentro de la pequeña mochila que llevaba y me acuesto con la ropa puesta, por si acaso. La lluvia fue por momentos muy fuerte, pero sin mucho viento. Estamos en una vaguada, pero el corte del rio que pasa junto al poblado es muy profundo como para que haya desbordamiento.
Por la mañana, el cielo estaba limpísimo y no corría una pizca de aire. El ciclón continuaba variando el recorrido. Ahora pasaría entre las dos islas fijianas. Apenas hemos sufrido daños, pero seguía lloviendo a medio dia. Nadie sabía a ciertas, en esos momentos, si volvería a cambiar la dirección. Yo de momento me dedicaba a pasar la mañana bañándome en el rio, y durmiendo para recobrar las energias perdidas los dias anteriores.
Al día siguiente, sábado, casi todas las mujeres bajaban, como de costumbre, a Lautoka a vender lo cultivado, y algunos hombres salían al bosque a la caza del cerdo salvaje. A veces son unos cabronazos, porque se comen las cosechas. Y yo, a las 10 de la mañana me preparaba para la subida al monte Batilamu. Casi 2 horas (de las mías) de subida entre una riquísima selva de anchísimos y altos árboles milenarios, pinos y plantas autóctonas de infinitos colores, y varias pequeñas cascadas de las que aprovechaba para beber. El camino es facil de seguir, pues está bastante pisado y no hay confusión. El sonido de los pajaros y los insectos es impresionante. La llegada a la cumbre no lo es menos. A casi 1000mt de altura la vista se pierde entre Nadi, Lautoka y muchísimas islas de las Mamanucas y Yasawas. Se veían perfectamente, por momentos, por que un mar de nubes se aproximaba a gran velocidad. También todos los trozos de cultivos y pequeños poblados de entre 3 y 5 casitas arropadas por la masa forestal, y la pequeña cordillera que le llaman la "Columna del gigante durmiente". De pronto comienza toda la neblina a invadirme..., baja la temperatura varios grados, y chispea. Estaba perdido en mi espacio. No se veía a mas de un metro... fue sobrenatural el momento. Me quedé un largo rato disfrutando del vacío a mi alrededor... A la vuelta casi tentando árbol por árbol, pino por pino, fui descendiendo por un terreno peligrosamente resbaladizo. Parecía un bosque embrujado de película, pisando las enormes raíces que sobresalen de la tierra. Eso me ayudaba a no caer. Un trozo de rama dura me sirvió de bastón de apoyo. El olor a vegetación húmeda era riquísimo. Llego por la tarde en el justo momento que un grupo de jóvenes han cercado a un cerdo salvaje, y entre una jauría de perros lo han traído hasta el poblado. Detrás de una casa, entre el comienzo del bosque que cubre la montaña le dan caza. La alegría entre los chiquillos fue tremenda. Había carne para el siguiente dia. Me baño en el rio, y de cena, la preferida, Dal Bhat (arroz con lentejas al curry).
El domingo es dia del "Señor", y de no hacer absolutamente nada. A las 8 de la mañana todo el pueblo se estaba preparando. El preceptivo baño antes de ponerse la ropa del domingo: ellos camisa de cuello, casi todas muy floreadas, y un Sulu (pareo masculino) blanco o negro, ellas traje también floreado. A las 9:30 los primeros toques de Lali (un trozo de arbol ahuecado que sirve de tambor acústico) y que se encuentra junto a la iglesia. A las 10:30 el predicador dá el definitivo. Todos van entrando. Se van sentando sobre los larguísimos Tapas que cubren casi todo el suelo, con las piernas cruzadas, mientras el oficiante va charlando en fijiano. De vez en cuando nos levantábamos, y todos a cantar. Era muy emocionante de ver y escuchar. A las 10:45 sólo éramos 40. A las 11:00, cerca de 70. Y es que la "hora fijiana" es así. A las 11:15 concluía la misa. Todos a casa a preparar el almuerzo, muchos compuesto de carne de cerdo. El domingo es dia de recogimiento familiar, y nadie trabaja en nada. Así lo dispuso el "Señor". A las 2 de la tarde no habia nadie en el exterior. Todos estaban durmiendo. Yo tambien. Al atardecer, el último pateo: subida a una de las montañas junto al poblado para disfrutar de las hermosas vistas, y observar la caída del sol. De nuevo, el sonido ambiente es espectacular.

10/12 - El lunes a las 8:45 hora fijiana (habíamos quedado a las 8:00) un taxi ranchera 4x4 me traslada a Lautoka, por 25$. Algunos paisanos aprovechan el viaje "de gratis" y se montan. En el mercado compro unos saquitos de yaqona o polvo de raices (Waka) de Kava, como presente para el Turaga-ni-koro (jefe de poblado) de Navala, próximo destino, y unos envases de té y nescafé para la familia con la que me voy a quedar. 1 hora de bus hasta Ba, y allí monto en otro hasta el poblado. La casualidad ha hecho que coincidiera con el Sr. Seresio, marido de Ms. Bulou, los propietarios del complejo, que durante el trayecto por la zigzagueante carretera, a veces asfaltada a veces de tierra, me iba explicando la historia de la zona. Atravesamos pequeñas aldeas, templos y escuelas hindúes. Y es que antiguamente había extensas plantaciones de cañas de azúcar y los trabajadores fueron traídos de India hasta aquí. En la guagua, la mayoria son hindúes-fijianos. El paisaje precioso: cantidad de pequeños bosques en las vaguadas de los barrancos, y muchísimos cultivos formando parches, entre los diversos valles que vamos atravesando. Estamos en los montes de Nausori, uno de los mas fértiles de la isla. Cuando se desciende hacia el valle donde se encuentra Navala la imagen es espectacular. Un pequeño poblado de 40 burés, rodeado de palmeras y árboles sobre un verdísimo césped muy bien cuidado. Apenas se ve gente. Hacía mucho calor y casi todos se encontraban en el interior, al fresco. Otros bajo toldos de plástico azul preparando la comida para la familia.
El jefe del poblado obliga a todos que construyan al estilo tradicional, alineadas perfectamente, con un ancho pasillo central que separa las hileras de burés. La base rectangular de la casa está compuesta por unos 30cms de rolos de piedras superpuestas, 6 u 8 postes de madera que sostendrán las paredes y techos de hojas de cocotero o pandano entrecruzadas, y tiras de bambú, al igual que el suelo. Todo es de material vegetal, sin habitaciones. La cama al fondo, a veces separada por una cortina de tela, y amplio recibidor para comer, tumbarse o charlar sobre un suelo con varias esterillas o Tapa. Baño y cocina en el exterior en otra casita adyacente. Los únicos edificios con techos de planchas onduladas son la iglesia, el colegio y la estación de radioteléfono de emergencia del poblado. No hay electricidad. Al anochecer se encienden lámparas de keroseno.
A la llegada nos esperaba Tui, el hijo de la familia, que con su pequeña Subaru 4x4 nos llevó a su casa. El complejo esta situado a unos 600mt del pueblo, y se compone de la vivienda principal, toda de madera y techo de planchas onduladas a dos aguas, y adosado a un lateral una gran habitación con 4 camas y 3 literas, 2 baños muy amplios, que poco a poco van arreglando según va entrando el dinero de los extranjeros que se aquí se quedan. Al otro lado del enorme jardín central, un amplio comedor-salon con varias mesas y sillas, TV, video/dvd, y una cocina. En el segundo jardín, y junto al rio, 2 bures con 2 camas cada uno. Aquí tampoco llega la corriente, por lo que a las 20:00 horas encienden un generador hasta las 22:00. Luego todos con lámparas de keroseno. Se pueden realizar varias actividades como la visita al poblado, subida a una cueva que hay en el acantilado sobre el poblado, varias rutas de montañas, rafting en el rio o nadar cuando no hay mucha corriente. El entorno es muy apacible, y la comida no está mal.

1 de diciembre de 2007

Bula Festival en Nadi

1/12 - Ya llevo 2 semanas en Nadi, y esperando por este festival. El principal tema es la elección, como todos los años, de Miss Bula Festival, apareciendo las 12 candidatas en todos los actos con distintos atuendos, según la ocasión. Cada día era un tema diferente. La inauguración, el sábado, corrió por parte de los integrantes de la organización, y la auto-presentación y divulgación de sus vidas profesionales desde que empezaron a trabajar hasta el presente día. Fuuueerte coñazo. Parece ser que esto es algo muy normal por esta zona. Actuando, al final, la única agrupación musical local. El lunes fue la noche juvenil, con bailes de los más pequeños, el martes la polinesia, el miércoles la hindú, el jueves la fijiana...



































... y el viernes la noche de las Priscilas, o sea las Reinonas de Fiji. Se presentaron 8 candidatos, y según iban apareciendo en el escenario más me recordaba al carnaval del tiempo de Juanito, el Pionero!



















GALA ELECCION MISS PRISCILA 2007. FIJI

Cierto es que el festival ha dejado mucho que desear. La ineptitud de la organización, de los componentes del equipo de electricidad y sonido (los mismos), y la absoluta necesidad de notoriedad y protagonismo del director del festival, que apareciendo en todas las presentaciones nocturnas con largos discursos elogiando personalmente a los patrocinadores, leyendo sus trayectorias estudiantiles desde el primer curso hasta las graduaciones universitarias, e incluso hasta sus vidas laborales. De tal manera que algunos acontecimientos se extendieron hasta casi 5 horas. Muchos, marchaban a coger la última guagua de la noche para volver a casa, porque los niños se quedaban dormidos, o por ellos mismos, que también se aburrían. Asistieron muchas mujeres mayores, y principalmente hindú-fijianas.
Existe una gran discriminación entre los habitantes de Fiji. Principalmente por parte de los fijianos, y sobre todo en las grandes ciudades. Aunque en la elección de Miss Bula Festival, se enfatizaba mucho la UNION del pueblo y de religiones, con los sonorísimos aplausos por parte del público, lo cierto es que no tiene nada que ver con la realidad. Cuando alguna participante de raza hindú, caminando por el escenario, tropezaba, o cuando hablaba por micrófono se equivocaba o no vocalizaba han aceptado a los hindúes.
Los hindúes llegaron a Fiji en 1879, como trabajadores de campo de la caña de azúcar, traído por el gobierno colonial británico. Son ya casi 5 generaciones, y la comunidad hndú se ha forjado su propia identidad. Aunque no tan drástica como en India, aún se pueden ver algunas pocas familias bastante aferradas a sus antiguas tradiciones. La mujer se puede volver a casar cuando pierde al marido o se divorcia. La mayoría tienen sus propios negocios, y algunos muy prósperos. Han trabajado la tierra durante generaciones. También tienen terrenos que han comprado, aunque los anteriores gobiernos prohibían a los propietarios venderlos a los extranjeros. Y la comida que más se come es de origen hindú. Los pequeños restaurantes y bares están regentados por hindúes, chinos y fijianos. En estos últimos la comida tradicional como el Kokoda (pescado marinado en limón y leche de coco), el Rourou ( hojas del taro hervido en Lolo (leche de coco), Tavioka o Cassava (Tapioca) hervida, y muchas papas fritas acompañadas con grasientas salchichas, pollo y pescado frito. En los restaurantes hindúes se puede encontrar ambas, aunque predomina el curry y todo lo picante que suele comerse. En el chino, hay también una mezcla con lo local, pero los fideos fritos (Chow Mien) se lleva la mejor puntuación.

30 de noviembre de 2007

CARAS DE FIJI







































BULA... Fiji !!!

17/11 - Ya estoy en Fiji, segunda parte de mi trayecto. A las 14:30 el avión aterrizaba bajo una débil lluvia. Aprovechando que llegaba el fin de semana quise tener asegurada habitación y desde Aukland, mediante internet, reservé 3 noches en el Tropic of Capricorn, en New Town Beach, una pequeña playa, cerca del aeropuerto, a 5km de Nadi. Esperaba que me recogieran en coche, como suele ser habitual aquí, y me llevaran al hotel, pero en "Llegadas" no había nadie del hotel. La cosa es que no tenían transporte, según ellos cuando los llamé por teléfono, por lo que tuve que coger un taxi y me lo pagaron al llegar al hotel. Disponen de bastantes habitaciones distribuidas en 3 pisos. Las más baratas son las de 5 literas de 2 camas cada una. La más cara es doble con AirCon, balcón y vistas a la playa. El hotel tiene una pequeña piscina junto al salón-bar donde cuelga una enorme TV de pantalla de plasma. En el exterior, el césped y la arena se juntan. Varias mesas de madera con sillas componen el mobiliario playero, y no tienen sombrillas. En los hoteles de al lado si que las tienen, con hamacas de plástico y también hamacas de cuerdas colgado entre palmeras. Que envidia!!. Me quedo en una habitación doble, yo sólo, por 25$ fiji (1e= 2,25$fj) en un segundo complejo, un antiguo hotel a 50mt del principal, y que están adecentando. No está mal para los precios de la zona, pero la playa no es nada bonita. Es de arena negra y piedras, bastante mal cuidada. Muy pocos locales van a la playa.
El domingo, un reconocimiento por todo lo largo de la playa, unos 3km, me llevó hasta un grupo de 12 filipinos, que trabajan en una empresa eléctrica en Lautoka, y que estaban pasando el día bajo los pinos de una zona. Se habían traído una caja de botellones de cerveza Fiji y un televisor con micrófono para karaoke. Entre cervezas, canciones y baños menudo "cante" dimos. Por cierto, adoran a Julito Iglesias. Incluso la "Macarena" de los del Río.
Dos o tres noches por semana cada complejo, en la playa, se trae su particular grupo de atracción. Y todos son de danzas polinesias y malabares con fuego.
Ahora me estoy quedando en Nadi. Es la tercera ciudad más habitada, bastante fea, algo sucia, y lo único interesante que tiene es el templo hindú Sri Siva Subramaniya Swami, dedicado a Shiva. Me he enterado que el viernes próximo comienza la semana del Bula Festival, donde participarán grupos de bailes y cantos fijianos, polinesios e hindúes. Y de colofón, para mi sorpresa, un concurso de Drag Queens (Priscila Contest) fijiano. Esto es para no perdérselo. .. pues me quedo una semana más aquí. Hice dos noches en el hostal Nadi Down Town Backpackers, pero por lo mal profesionales que han sido conmigo me he cambiado al Nadi Hotel, mucho más limpio, la gente estupenda y tiene también una pequeña piscina en el jardín. Con hamacas!!... pero sin sombrillas... El tiempo ha estado de momento de mi parte, apenas ha llovido. Y si lo hace es par de horas. He visitado la ciudad de Lautoka, de calles mucho más amplias, con un pequeño paseo marítimo, y grandes zonas ajardinadas. Si no fuera por el festival me hubiera quedado par de días aquí.

26 de noviembre de 2007

De vuelta a Rarotonga. Los últimos días.

12/11 - El lunes 12 es la fecha del billete de vuelta a Rarotonga. Era el más barato que conseguí por lo que tengo que salir a las 6:45 de Aitutaki. Desde muy temprano el chofer de la guagua que tiene servicio con el aeropuerto me espera en la puerta de Jossie. Hace 2 días quede con él para que me recogiera. Aquí funciona de esta manera, pues todos se conocen. Vuelo perfecto de 45 min.. El día esta despejado y desde la ventanilla del avión se podían tomar muy buenas fotos. Quería terminar los días en la Laguna de Muri, y desde Atiu había intentado reservar habitación en Aremango Guest House, pero toda esta semana estaba a tope. A parte, el sábado es la regata anual de piraguas alrededor Rarotonga, por lo que equipos de todo el pacífico se vendrían para acá.
De nuevo me quedo en Tiare Village. También por teléfono, conseguí reservar habitación. La única solución sería alquilar una bici y moverme a Muri y otros sitios. Como hay una guagua cada hora tampoco es para desilusionarse mucho, aunque eso de levantarme casi en la orilla de la playa como que motiva más. Pero es lo que hay. Esta vez me quedo en una de las casitas de madera de dos plantas y techo a dos aguas que hay en el exterior del complejo. Me toca la habitación que tiene dos colchones sobre un tatami en la planta alta. En frente, en otra más pequeña, con un colchón, se aloja un americano que lleva varias semanas aquí. En la de abajo, en una cama, otra americana. Tenemos un salón-cocina, un pequeño frigorífico, que apenas entra lo de los tres, y un radio-cassete-cd. El día estaba perfecto para pedalear toda la isla con varias paradas para las fotos de rigor. Un surfero intenta coger olas en la barra del arrecife. Tarda casi 10min cada serie de olas en romper. No son muy grandes y recogen mucho sobre el arrecife. El tiempo que estuve observándolo no cogió ninguna que se pudiera decir buena. Los siguientes días fueron poco más o menos lo mismo. Algunos baños en Black Rock, la playa de Aro'a, donde se puede dar de comer a peces bastante grandes, y hasta tocarlos. Por internét he intentado comprar un trayecto entre las isla Fiji-Samoa-Tonga-Fiji, pero ha sido tan complicado y difícil que sólo he podido comprar un billete con Air Pacific a las islas Fiji, mi siguiente destino, pero haciendo parada en Aukland. Vaya putada, volver para atrás para volver de nuevo hacia adelante. Allí lo intentaré de nuevo, y al menos espero que me salga más barato. El miércoles noche es especial aquí en la capital para los noctámbulos, pues hay mucha marcha en varios locales de la zona del pequeño muelle deportivo, y como hay gente de varios países se monta una buena. Aunque todo acaba a las 2 de la mañana.
Y la última noche en Rarotonga, a las 19:30 pude asistir a un Island Night, que consiste en Cena+Baile tradicional, por 30$n.z. Un grupo de baile polinesio y otro de canto, y un comentarista que explica todos los bailes y las diversas formas de vestir pareos polinesios a un grupo de extranjeros que han venido a cenar. Como no ceno, sólo pago 5$ por verlos bailar. A las 22:00 acaba el show, justo para volver al apartamento, recoger la mochila, y John, el americano, me alcanza en su moto de alquiler al aeropuerto.
A la 1:30 de la mañana cojo vuelo hacia las islas Fiji, llegando a las 14:45 un día más tarde...